Sí se espía a través de los celulares, pero no son Huawei ni China quienes lo hacen.
Han pasado poco más de 2 años desde que Wikileaks reveló que la CIA tiene la capacidad de espiarnos a través de los smart tv de Samsung. Estos cuentan con cámaras y micrófonos, sirviendo estos últimos, para enviar órdenes a los servidores de la empresa (donde se realiza el reconocimiento de estas a través de algoritmos de inteligencia artificial). Pues bien, la Central Intelligence Agency, de Estados Unidos, puede tomar el control de los televisores, ponerlos en un falso modo de apagado y escucharnos. Y esto puede ocurrir con cualquier dispositivo móvil o de escritorio, incluso con los vehículos autónomos.
Assange está pedido por USA por exponer sus crímenes de guerra y sus métodos de espionaje
4 años antes, Edward Snowden (desde entonces, exiliado en Rusia) reveló al mundo que la National Security Agency (también de Estados Unidos) recolectaba datos incluso directamente proporcionados por las empresas más referenciales de servicios de Internet, establecidas en ese país, tales como Google, Facebook, entre otras. Claro, también nos informó acerca de las vulnerabilidades en dispositivos móviles, explotadas por la NSA. Todo esto forma parte del programa PRISM.
La película sobre Snowden está en Netflix
Paradójicamente, la NSA sí se metió a los servidores de Huawei (2007, cuando la empresa aún no era líder). Incluso, como resalta Guo Ping, presidente rotativo de Huawei, la NSA pretendió utilizar los routers Huawei para sus labores de espionaje, ante lo que el chino afirmó que la empresa que lidera, nunca dejará “backdoors” para que sus equipos sean usados para espiar.
Pero una cosa es que las agencias de espionaje del país que se cree la policía (mala) del mundo, espíen a sus compatriotas (entre sus víctimas están activistas, abogados y personal de organizaciones de derechos humanos) y a los ciudadanos de todo el mundo, y otra muy distinta es que este mismo permita a otro país, con total impunidad, espiar a ciudadanos estadounidenses. Pues esto es lo que revela The Lobby - USA, documental producido por Al Jazeera, que fue vetado en Estados Unidos, a diferencia de The Lobby UK, que sí pudo estrenarse en el Reino Unido: estadounidenses espiando a estadounidenses para el gobierno de Israel.
Por cierto, hace poco se descubrió y difundió que la empresa israelí NSO, estaba espiando a un abogado británico de derechos humanos (Ahmed Mansoor) a través de un malware que se instala con una llamada, gracias a una vulnerabilidad de Whatsapp. NSO espió anteriormente a Amnistía Internacional y fue contratada por el gobierno mexicano (periodos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto) para espiar activistas y periodistas. Así mismo, este software malicioso, llamado Pegasus, sirvió para que Arabia Saudí realice seguimiento al periodista Jamal Khashoggi, asesinado en octubre de 2018 en el consulado saudí en Estambul, Turquía.
¿Y así Trump tiene la cara de decir que Huawei espía para el gobierno chino? Vemos pues, que las acciones tomadas en contra de esta empresa, no son más que muestras de piconería por parte del “mono con metralleta” que gobierna el aún país más poderoso del mundo, ante su superación en el podio de los fabricantes de terminales de telefonía móvil, de cuyo segundo puesto retiró a Apple (en el primero sigue estando Samsung), todo esto en un contexto en el que, a pesar de la desaceleración, China está rumbo a destronar a Estados Unidos como primera potencia mundial.
La Organización Mundial del Comercio no se pronuncia y no parece que vaya a hacerlo. Y los ciudadanos del mundo somos espectadores impávidos de la matonería del gobierno yankee, quien decide sobre empresas de su país y hasta sobre otros gobiernos y empresas, con quién pueden estos comerciar o contratar.
